Las enfermedades transmitidas por alimentos (ETA’s) son una causa importante de enfermedades en todo el mundo, causadas por la ingestión de alimentos contaminados por microorganismos o productos químicos. Según la Organización Mundial de la Salud (OMS), se estima que 1.8 millones de personas mueren a causa de enfermedades diarreicas cada año, con un 70% de transmisión alimentaria. Los peligros causales de las ETA’s pueden provenir de las diferentes etapas que existen a lo largo de la cadena alimentaria (desde la producción primaria hasta la mesa). Una vez que este alimento llega al consumidor puede ocurrir un impacto en la salud pública y un severo daño económico a los establecimientos dedicados a su preparación y venta. Las Buenas Prácticas de Fabricación (BPF) reducen en gran medida el riesgo de que los alimentos se contaminen con agentes biológicos, químicos o físicos. Como los inspectores de salud pública son responsables de garantizar que se mantenga la calidad en toda la cadena de producción de alimentos, es primordial que estén bien informados sobre las BPF. Además, se debe enseñar a los manipuladores de alimentos las técnicas adecuadas necesarias para reducir el riesgo de contaminación. Por fortuna, las medidas para evitar la contaminación de los alimentos son muy sencillas y pueden ser aplicadas por quien quiera que los manipule, aprendiendo simples reglas para su manejo higiénico. El propósito de esta capacitación es proporcionar a las personas que manipulan los alimentos la información necesaria para facilitar y aplicar buenas prácticas de manipulación de alimentos. Además, busca proporcionar información base en materia de inocuidad de los alimentos para que los países puedan adaptarla a sus propias necesidades.